Ya en serio: ¿Venezuela viola los derechos humanos o no?


CIUDAD DE MÉXICO. —No es un asunto sencillo hablar de derechos humanos en Venezuela. Los boletines de diversas organizaciones internacionales en la materia como Human Rights Watch, —cuyas actividades son financiadas mediante proyectos de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) —, se centran en asuntos políticos, pintando un panorama realmente opaco sobre este país, afirmando en sus informes que “la acumulación de poder en el ejecutivo y el deterioro de las garantías de derechos humanos han permitido que el gobierno intimide, censure y persiga penalmente a sus críticos”.

No obstante, la perspectiva de Venezuela sobre el concepto de “derechos humanos”, cambió radicalmente desde el arribo de Hugo Chávez Frías a la presidencia del país, en 1999. De hecho, tal acepción se contrapuso radicalmente a la que se ofrece desde la hegemonía, la cual privilegia la noción de “libertades” que al mismo tiempo protege la liberación absoluta del mercado, dejando a la clase trabajadora —sobre todo las capas más bajas—, en un estado de indefensión frente a la progresiva privatización de servicios públicos de salud, educación, tierra o cultura, como ocurre en países como México o Colombia. Por supuesto, esto no se cuenta como “violaciones a derechos humanos” pues pasan por regulaciones capitalistas, no humanas.

Tal revuelco conceptual sobre los derechos humanos propuesto por Chávez tuvo su anuncio cuando el líder bolivariano decidió el retiro de Venezuela del Sistema Interamericano de Derechos Humanos en el año 2012 al denunciar que el aparato de protección de los derechos humanos está bajo el dominio de una “mafia” que los utiliza con “doble rasero” para sus propios fines políticos y en detrimento de países que han decidido no alinearse a la estrategia geopolítica de Estados Unidos.

De esto ya había hablado el Comandante Fidel Castro, durante su intervención ante la Asamblea General de la ONU en 1979, cuando expuso la notable diferencia entre “derechos humanos”, y “derechos de la humanidad”:

“Se habla con frecuencia de los derechos humanos, pero hay que hablar también de los derechos de la Humanidad. ¿Por qué unos pueblos han de andar descalzos, para que otros viajen en lujosos automóviles? ¿Por qué unos han de vivir 35 años, para que otros vivan 70? ¿Por qué unos han de ser miseramente pobres, para que otros sean exageradamente ricos? Hablo en nombre de los niños que en el mundo no tienen un pedazo de pan. Hablo en nombre de los enfermos que no tienen medicinas, hablo en nombre de aquellos a los que se les ha negado el derecho a la vida y a la dignidad humana.”

En ese sentido, Venezuela propone una concepción de derechos humanos desde la noción primigenia de humanidad. Ha creado un sistema político-económico que privilegia garantías colectivas, donde todos y todas tengan pan, trabajo y bienestar, y en el cual nadie pueda explotar estos tres valores para su propio beneficio económico. Y ha echado adelante su propio derecho a defender a la clase trabajadora del país ante las amenazas de quienes pretender romper esa estructura progresista, y regresar al país a los dominios del neoliberalismo, donde los “derechos humanos y libertades” son, en primera instancia, la libertad de lucrar con las necesidades de las personas. Cuando éstas amenazas son apresadas con apego a la justicia, es cuando organizaciones como HRW rompen en denuncias, sin considerar a un pueblo que, de hecho, ya goza por beneficio estatal, de esos derechos que reclama.

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La embajadora de Venezuela en México, María Lourdes Urbaneja Durant, participa en la mesa redonda «Sociedad, Cultura y Derechos Humanos», organizado por el gobierno de la Delegación Tlalpan, de la Ciudad de México. FOTO: Oficial

Esto mismo lo recordó el pasado 8 de septiembre la embajadora en México de la República Bolivariana de Venezuela, Maria Lourdes Urbaneja Durant, durante la mesa redonda “Sociedad, Cultura y Derechos Humanos”, organizada por la delegación Tlalpan, de la Ciudad de México.

“Mundialmente los derechos humanos son usados para defender posiciones hegemónicas y para apalancar la intervención en naciones y pueblos que transitan senderos emancipatorios y libertarios”, dijo la diplomática, recordando que, la experiencia de Venezuela en cuanto a derechos fundamentales “significa hoy el desarrollo de un proceso innovador, revolucionario en derechos, comprehensivo y de más empoderamiento del pueblo”

En ese sentido la embajadora Urbaneja Durant afirmó que “los excluidos hoy han ganado voz propia, se han visibilizado en una lucha intensa asumiendo la conducción de procesos importantes, lo que sin duda impulsan la profundización de los cambios tanto conceptuales, como en el quehacer de lo público”.

Entonces, ¿de qué hablamos cuando hablamos de derechos humanos en Venezuela?

Hablamos de un país que sacó de la pobreza al 80% de su población. Que no exento a fracasos y sí, sujeto a una necesarísima autocrítica política, pero inocente de esas acusaciones de las agencias estadounidenses que, por un lado, aseguran que bajo el chavismo hay persecución política y censura y, por el otro, ocultan que ningún otro país en el mundo (mucho menos en las naciones protegidas por Washington) se han realizado tantas elecciones como referéndums, incluido el actual que pretende acreditar la derechista Mesa de la Unidad Democrática para revocar al presidente Nicolás Maduro.

Por eso, hablar de derechos humanos en Venezuela, no es sólo es hablar de libertad de expresión o de libertad de asociación: “hablar de derechos humanos en la Venezuela bolivariana es hablar de superación de la pobreza, de la desigualdad, es educación pública gratuita y de calidad, es la conformación de un sistema de salud público que atienda a las grandes mayorías”, como bien dijo la embajadora Urdaneta, en México. Algo que, obviamente, no entienden las mentes enajenadas por el capitalismo.

Comments

Una respuesta a “Ya en serio: ¿Venezuela viola los derechos humanos o no?”

  1. Avatar de Balanzer
    Balanzer

    Primero que todo, ¿existe alguna fuente independiente que corrobore la afirmación de que HRW es financiada por USAID? ¿Bajo qué parámetro calcula usted que Venezuela «sacó de la pobreza al 80% de su población», tanto en personas como en tiempo?

    Segundo, al hablar de «derechos humanos», debemos mantener siempre un marco de referencia, para asegurarnos que todas las partes estemos hablando de lo mismo. Lógicamente, este marco es la Declaración Universal de los Derechos Humanos, adoptada el 16 de Diciembre de 1948 por la Organización de las Naciones Unidas. Cualquier adición o substracción de este parámetro no es mas que sofismo: un intento de reorientar la conversación hacia otro lado.

    Entre sus artículos, la Declaración contempla que «nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes» (Art. 5), que «nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado» (Art. 9), que «toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial» (Art.10).

    La razón por la cual derechos como los anteriores aparecen antes que el derecho a la salud, alimentación, educación y vivienda (Art. 25) es por la misma razón que el esclavista necesita que su mercadería esté sana, bien alimentada y que sepa usar una pala. Los derechos humanos no pueden ser interpretados para «privilegiar garantías colectivas», ya que ellos buscan el respeto por la determinación libre de la vida de cada individuo. Ninguna satisfacción material puede estar por encima de la dignidad humana. ¿Es legítimo acaso que una persona entregue su derecho a no ser perseguido por sus ideas a cambio de un pedazo de pan?

    En las relaciones internacionales, los embajadores actúan como representantes del poder ejecutivo de sus naciones de origen. Es decir, por su mismo cargo, son interlocutores sesgados. Si escuchásemos acerca de la situación en Venezuela por parte de un portavoz independiente, el artículo tendría más validez que añadir citas de una embajadora Venezolana.

    Por cierto, ¿por qué menciona como hecho un referendum que aún no se ejecuta?

    Lo dejo con una anécdota: uno de los miembros del comité que redactó la Declaración Universal fue Hernán Santa Cruz, un embajador chileno quien, por cierto, fue un amigo muy cercano de Salvador Allende.

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